Pues si, llevo una semana sin fumar y no ha sido tan dramático. Llevaba más de 20 años fumando más o menos un paquete al día, empecé fumando Ducados pero en Suecia me pase al rubio por motivos obvios. Fumaba en casa, en el coche, en la playa y paseando a la perra. Únicamente no fumaba en los sitios prohibidos )desde que lo prohibieron, antes si). Estoy en paro así que son muchas las horas muertas que tengo ante la tele, al teclado, en el parque con la perra…No he tomado pastillas ni chicles no me he forrado con parches de nicotina.
Con todo eso, mi fama de borde y el mal rollito que llevo últimamente, cuando colgué en facebook la foto de mi ultimo cigarro (si no pasa por facebook, no pasa) mis queridos amigos empezaron a apostar cuantas horas tardaba en fumarme otro, o a quien asesinaría antes.
Sin embargo, ahora que llevo una semana sin fumar me sorprende ver que no ha sido tan difícil, se que es pronto para cantar victoria, pero realmente me daba pánico dejar de fumar y ahora veo que podía haberlo hecho antes, han habido momentos duros en los que el deseo de dar una calada parecía insoportable, y tengo los labios hechos polvo de comer pipas (creo que ya he dicho antes en este blog que odia las pipas y sobretodo oír que alguien come pipas), me duelen las mandíbulas de mascar chicle, tengo agujetas de haber salido a correr, por la noche me despierto cada dos horas, he tenido que lavar toda mi ropa ya que hasta la limpia me olía a tabaco…
Es verdad que he hecho un poco de trampa, le di unas caladas a un peta en el parque con los perros (suena tan adolescente…) y ayer me fume un cigarro tras mi pastel de cumpleaños, pero ni me han hecho recaer ni me han hecho sentir culpable.
Y me siento bien, por que es verdad que he subido mejor las cuestas, y mi casa no huele a humo, y no tengo que llevar siempre el tabaco encima, y cada día meto 4.50 euritos en una hucha.
Pienso en la semana que he pasado dedicada a dejar de fumar, y en serio, no me parece que haya sido tan complicado, leyendo foros y escuchando a ex-fumadores, ¡me daba pánico! Yo tengo que confesar que muchos días lo primero que hacía era encender un cigarrillo y que eso me parecía sucio, sórdido y decadente, propio de Leaving las Vegas o Trainspotting. Era un secreto, me avergonzaba esa dependencia. Con esto quiero decir que yo era fumadora fumadora, no social ni blablabla, un nivel de adicción importante.
Si alguien lee esto con un cigarrillo en la mano (ajjj puntada de mono al imaginar esa calada y esa columna de humo…), el mensaje es “joder pero si no está siendo tan difícil” y que conste que todavía puedo recaer, pero la primera semana se supone que es la más difícil.
Mi siguiente reto es mantener controlado el síndrome de abstinencia y sintomas añadidos durante la semana de hormonas encabronadas.